¿QUÉ ES EL CÁNCER INFANTIL?

Cáncer es el Término que se usa para describir cánceres que se presentan entre el nacimiento y los 15 años de edad. Los cánceres infantiles son muy poco frecuentes y pueden ser distintos de los cánceres en adultos por la forma en que se forman y diseminan, el modo en que se tratan y la manera en que responden al tratamiento. Los tipos comunes de cánceres infantiles son la leucemia (que empieza en el tejido que forma la sangre, como la médula ósea), el linfoma (que empieza en las células del sistema inmunitario), el neuroblastoma (que empieza en ciertas células nerviosas), el retinoblastoma (que empieza en los tejidos de la retina), el tumor de Wilms (que es un tipo de cáncer de riñón) y los cánceres de encéfalo, hueso y tejido blando. También se llama cáncer en la niñez.

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE EL CÁNCER INFANTIL

¿Qué incidencia tiene el cáncer infantil?

El término «cáncer infantil» generalmente se utiliza para designar distintos tipos de cáncer que pueden aparecer en los niños antes de cumplir los 15 años. El cáncer infantil es poco frecuente, pues representa entre un 0,5% y un 4,6%* de la carga total de morbilidad por esta causa. Las tasas mundiales de incidencia oscilan entre 50 y 200 por cada millón* de niños en las distintas partes del planeta.

¿Cuáles son los tipos de cáncer infantil más frecuentes?

Las características de la enfermedad en la niñez difieren considerablemente de las observadas en enfermos pertenecientes a otros grupos de edad. En general, la leucemia representa alrededor de una tercera parte de todos los cánceres infantiles. Los otros tumores malignos más comunes son los linfomas y los tumores del sistema nervioso central. Existen varios tipos tumorales que se dan casi exclusivamente en los niños, como los neuroblastomas, los nefroblastomas, los meduloblastomas y los retinoblastomas. En cambio, el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, el cáncer de colon y el cáncer anorrectal, que suelen afectar a los adultos, son extremadamente raros en los niños.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Hasta la fecha se han identificado tan solo unos pocos factores de riesgo en relación con el cáncer infantil, entre ellos las radiaciones ionizantes y la toma de dietilestilbestrol durante el embarazo (una hormona que ya no se utiliza como tratamiento). Algunos cánceres infantiles también guardan relación con la constitución genética, como sugieren las diferencias en las tasas de incidencia entre poblaciones étnicamente distintas. La predisposición individual, por razones genéticas, también puede ser un factor decisivo. Algunos estudios sugieren que ciertos virus como el EBV, el virus de la hepatitis B, el virus del herpes humano o el VIH también pueden incrementar el riesgo de padecer determinados cánceres infantiles.

¿Reflejan las tasas de incidencia variaciones geográficas?

No todos los países de ingresos bajos y medianos cuentan con registros oncológicos que permitan deducir las tasas de incidencia, por lo que es difícil tener una idea general de la importancia del cáncer infantil en las distintas partes del mundo. Según se desprende de la información disponible, parece haber grandes variaciones en la incidencia de algunos cánceres infantiles como la leucemia o los tumores del sistema nervioso central. Aunque esos tipos de cáncer rara vez se diagnostican, en el África subsahariana, por poner un ejemplo, la población presenta mayores tasas de incidencia de linfomas – en particular, del linfoma de Burkitt – que en otras regiones. Esto puede deberse a una mayor exposición a infecciones virales.

¿Es posible la detección precoz del cáncer infantil?

La mayoría de los cánceres infantiles inicialmente presentan signos y síntomas inespecíficos, lo que puede hacer que se detecten en fases ya avanzadas. En los países de ingresos altos, donde los niños suelen estar sometidos a una estrecha vigilancia tanto médica como parental, las posibilidades de una detección precoz son mucho más elevadas. En cambio, en los países de escasos recursos existen además otros obstáculos adicionales que dificultan una detección precoz, como la falta de acceso a los servicios de salud y la escasez de medios de diagnóstico.

¿Qué posibilidades de curación tiene el cáncer infantil?

En los países de ingresos altos, aproximadamente el 80% de los niños con cáncer sobreviven durante cinco años o más después del diagnóstico. La mejoría de estos resultados ha dado lugar a un creciente número de supervivientes a largo plazo que necesitan tratamiento y atención complementarios. El pronóstico es bastante peor para los niños con cáncer de los países de ingresos bajos y medianos, y ello por varios factores, tales como: el diagnóstico tardío del cáncer, que conlleva niveles más bajos de eficacia de los tratamientos; las carencias de los hospitales, desprovistos de los medicamentos y suministros adecuados; el padecimiento de otras enfermedades en el paciente; y la falta de conocimientos sobre el cáncer entre los dispensadores de atención primaria. Además, los tratamientos quedan simplemente fuera del alcance de muchos padres de entornos de escasos recursos que tendrían que pagar los gastos médicos de su propio bolsillo.

¿Dónde se pueden encontrar datos sobre el cáncer infantil?

Los datos sobre la incidencia del cáncer quedan reflejados en los registros oncológicos, aunque estos son menos frecuentes en los países de ingresos bajos y medianos que en los países de ingresos altos. El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), a través de su Iniciativa Mundial para el Desarrollo de Registros de Cáncer (GICR http://gicr.iarc.fr/) está tratando de reforzar las capacidades nacionales de los países de ingresos bajos y medianos en esta esfera.

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